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7 sustancias muy tóxicas para tu cerebro (si puedes, ¡evítalas!)

7 sustancias muy tóxicas para tu cerebro (si puedes, ¡evítalas!)

Existen cientos de neurotóxicos, algunos más presentes en nuestra vida de lo que podemos imaginar. Sin ir más lejos, muchos fármacos actualmente en el mercado dañan tu cerebro y provocan síntomas muy indeseables.

Demencia, movimientos involuntarios, estupor, confusión, pérdida de la audición y la visión, trastornos del aprendizaje: todo esto y más puede ser causado por sustancias químicas, muchas de las cuales están identificadas, pero otras tantas permanecen en el anonimato.

Son los llamados neurotóxicos, productos químicos que dañan el sistema nervioso produciendo efectos adversos indeseados. Hay reconocidos como tales más de 200, pero se da por seguro que la cifra es muy superior.

Algunas de estas sustancias son empleadas actualmente, por ejemplo, en la agricultura. Otras están incluso más cerca; entre nuestros medicamentos. Vamos a conocer 10 de estas sustancias de las que debemos mantenernos bien alejados (mientras podamos).

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SUSTANCIAS NEUROTÓXICAS QUE DEBEMOS CONOCER

Metilmercurio

Sustancia presente en muchos pescados que resulta tan neurotóxica, que se le aconseja a las embarazas no consumir pescados de gran tamaño debido que tienen niveles elevados de esta sustancia.

Entre sus principales efectos adversos se encuentran las dificultades para realizar movimientos, alteraciones visuales y sensaciones anormales en el cuerpo, por ejemplo, cosquilleo.

• Monóxido de carbono

Sí, vamos por la vida alegremente respirando monóxido de carbono a toda hora, ignorando que es un potente neurotóxico que en niveles elevados puede causar la muerte.

Este gas se encuentra en el humo de la combustión, ya sea de coches, calefacción, estufas, etc. Puede causar confusión, dolor de cabeza, contracciones involuntarias de los músculos, debilidad y mareo.

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Plomo

Otro neurotóxico muy conocido, cada vez menos usado pero que igualmente está presente en nuestra vida diaria. Se han encontrado niveles elevados de plomo en algunos cosméticos y hasta juguetes que no cumplen con las normativas vigentes.

Trabajadores de algunos sectores están especialmente expuestos al plomo, por ejemplo, en la minería. En determinados países aún se emplea en la fabricación de pinturas y otros productos.

El plomo puede causar trastornos del aprendizaje, hiperactividad y dolores de cabeza.

sustancias tóxicas para el cerebro

Compuestos organofosforados y organoclorados

Las palabras organofosforado y organoclorados posiblemente no te digan mucho, pero si menciono plaguicida seguro que ya te orientas. Muchos plaguicidas (insecticidas, herbicidas, fungicidas, etc) son compuestos organofosforados o organoclorados, sustancias ampliamente reconocidas como neurotóxicas.

La exposición a largo plazo a algunos plaguicidas ha sido asociada a la enfermedad de párkinson y al síndrome de fatiga crónica, mientras que la intoxicación aguda con estos compuestos provoca convulsiones, dolor de cabeza, movimientos anormales y pérdida de conciencia.

Manganeso

El manganeso es una sustancia que nuestro organismo necesita y que se encuentra naturalmente en el medio ambiente y en los alimentos.

Sin embargo, cuando se inhala en niveles muy elevados, como ocurre a algunos trabajadores, por ejemplo, soldadores, puede derivar a mediano y largo plazo en síntomas muy semejantes a los de la enfermedad de Parkinson.

Aluminio

El aluminio no necesita presentación: mira ahora a tu alrededor y verás cuántos objetos de este metal te rodean. Pero el peligro no está en los objetos que vemos, sino en todo el aluminio que ingerimos e inhalamos sin darnos cuenta.

La exposición a largo plazo al aluminio se ha vinculado a la enfermedad de Alzheimer, aunque todavía no se puede afirmar rotundamente este vínculo.

Este metal además parece provocar en las personas expuestas profesionalmente a niveles muy elevados cierto enlentecimiento en el procesamiento intelectual.

Antiepilépticos

Los fármacos empleados para el tratamiento de la epilepsia resultan ser de los que más habitualmente se asocian a neurotoxicidad, especialmente cuando se administra más de uno.

Entre los síntomas de que el fármaco está resultando tóxico están la somnolencia, sedación, lentitud en el procesamiento de la información y alteraciones de la marcha.

Los antiepilépticos más antiguos, de primera generación, son los que se asocian a efectos negativos más pronunciados.

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FUENTE: INFOTITI