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¿Qué llevas puesto? La moda sostenible como herramienta de transformación social

¿Qué llevas puesto? La moda sostenible como herramienta de transformación social

Paloma García López, fundadora de The Circular Project, reivindica el papel necesario de la moda sostenible y un cambio de hábitos de consumo.

Primero están los hidrocarburos y luego la ropa que llevas puesta. La moda es la segunda industria más contaminante después de la petrolera. Desde esta perspectiva el negocio textil deja de parecer algo trivial. Asimismo, como da buena cuenta el análisis del modelo comercial de Inditex, no deja de tejer un hilo de desigualdad social que da varias veces la vuelta al globo.

Sin embargo, al igual que ocurre en la industria de la alimentación o la energía, en el consumo y producción de moda también hay alternativas que trabajan por la sostenibilidad social, económica y medioambiental. Paloma García López es una de las voces más decididas en la divulgación de la moda sostenible desde su proyecto personal The Circular Project y como presidenta de la Asociación Moda Sostenible Madrid (MSMAD). Estos dias ha recalado en Logroño para participar en las Jornadas de Moda Sostenible La Rioja.

Podría parecer que la industria de la moda es una industria frívola ¿Pero en qué sentido la industria de la moda puede transformar el mundo?
La capacidad de la industria textil para la transformación social es inmensa. Nadie escapa a ir vestido de la mañana a la noche, le guste o no la moda, por tanto mueve un porcentaje enorme de la economía social. Pero no solo eso los sectores de actividad económica que intervienen en la fabricación de nuestra ropa también son innumerables desde el agricultor que siembra en el campo el cáñamo, algodón, hasta el último distribuidor, pasando por patronistas, diseñadores de colecciones, diseñadores gráficos, tinturas, etc.

Si todo esto conseguimos que se haga de modo responsable, sostenible, ético, ecológico transformaremos la sociedad en su conjunto. La implantación del ecodiseño debería de venir impuesta por ley. Esto significa que se tenga en cuenta hasta el menor detalle del impacto ambiental y social de cada paso que damos en la cadena productiva.

 

«Hay una conferencia de Eva Kruser que a mí me gusta mucho en la que dice que “si cambiamos la industria textil lo cambiamos todo” y yo no puedo estar más de acuerdo.«

 

¿Qué es la moda sostenible y cuál es su impacto?


La moda sostenible es aquella que busca un triple impacto positivo en su fabricación: ecológico, económico y social. Para ello busca materiales cuyo uso dañan lo menos posible al planeta, libres de químicos o reutilizando los ya transformados, buscando las vueltas para dar usos sorprendentes a la cantidad ingente de ropa que ya hay fabricada y que no se usa o no se recicla causando un daño terrible al medioambiente.

Y mi reflexión favorita es que la moda sostenible es mesura, tenemos que frenar los demenciales procesos de producción, no podemos seguir produciendo ni consumiendo de esta manera o tendremos serios problemas. Está costando que entren en razón las grandes cadenas, la verdad. No están por la labor de frenar su margen de beneficios.

 

¿Cómo ves el panorama nacional de la moda sostenible?


Tenemos ganas, nos movemos mucho pero sin grandes apoyos. Fuera es más fácil que este tipo de proyectos salgan adelante porque están mejor considerados. No miran tanto el riesgo económico sino el beneficio social y ambiental. Aquí surgen muchas iniciativas que van perdiendo fuerza conforme van a enfrentándose a la cantidad de escollos que aparecen continuamente en el camino.

De momento la voluntad institucional para apoyarnos no llega a ser suficiente y no aborda el problema desde la raíz. Estoy convencida que esto va a cambiar, en gran medida gracias a todos los que estamos abriendo camino y dándonos de bruces contra muros infranqueables. Pero tiene que cambiar porque ya es una necesidad a nivel global.

 

Parece que poco a poco la moda sostenible se abre camino. Incluso Zara saca una línea de moda sostenible. ¿Qué problemas y beneficios crees que supone que se pueda convertir en tendencia ?


Beneficios todos, siempre y cuando se haga como tiene que hacerse, responsablemente y con la transparencia con la que abogamos desde la moda sostenible. Exigimos saber la trazabilidad de todo el proceso. El problema es que por ahora es puro greenwashing para tranquilizar conciencias ya que lo hacen por un lado lo deshacen por otro —véase la última noticia sobre H&M y la quema de su excedente de ropa—. Tienen una capacidad enorme de llegar al consumidor final y juegan con ello y les hacen llegar un mensaje quizá demasiado frívolo, superficial que no ahonda porque no interesa que se profundice.

 

Hace unos días afirmabas en una entrevista que el usar y tirar está en desuso. ¿Por qué esta afirmación?


Sí, es así. Poco a poco mucha gente ya toma conciencia del valor de las cosas y sobre todo de lo contaminante que es no reciclar en las condiciones adecuadas. Esto unido a una crisis sin precedentes hace que muchos ya nos lo pensemos dos veces antes de tirar las cosas. Desde la moda sostenible queremos hacer cool la economía circular y es un concepto que ya va siendo familiar para todos.

 

Bajo tu experiencia directa con los consumidores ¿Cuál es el perfil de los consumidores de moda sostenible?


Bueno es un consumidor muy bien informado y muy inconformista. Tienen un nivel cultural medio alto y su poder adquisitivo también es medio alto. Desgraciadamente todavía no estamos llegando a todo el mundo. Primero porque se vive en la escasez y la gente con menos medios no quiere perderse nada y compra en el Primark, que les da apariencia de opulencia. Y luego porque no le llega la información que haría que se transformasen sus hábitos de consumo.


¿Cuáles crees que serían las estrategias más adecuadas para implicar al consumidor final?


Información y educación. Todas las materias educativas tendrían que tener en su plan de estudios incluidas la ecología y la sostenibilidad. Y no te cuento ya las que tienen que ver con el Diseño y la Moda que ya desde el minuto cero deberían hablar de ello.

«Ningún nuevo diseñador debería ya plantearse una colección que no fuese ética, sostenible y ecológica.«

Por otro lado, debemos meter las narices allí donde no se nos espera porque entre los que nos movemos en este terreno nos sabemos bien la lección y predicamos en terreno abonado. Lo duro es hacerlo en un auditorio poco receptivo y que te dicen si pero es que no, porque ponen cientos de condicionantes y son duros de roer. Ahí es donde tenemos que estar. Debemos aparecer en las revistas de moda más cool, aquellas que su modelo de negocio se basa en el consumo de un modelito tras otro. Debemos aparecer en los programas que hablan de tendencias, en los que hablan de éxitos económicos de grandes emporios, ahí es donde tenemos que estar.

Tenemos que conseguir calar en la información que llega al consumidor final para que al menos se cuestionen ciertos hábitos y se descubra que la moda sostenible no solo es la moda del futuro sino que además no tiene nada que envidiar y es mucho mejor que la moda a la que estamos acostumbrados.



Entonces ¿cuáles son los cambios necesarios por parte de los consumidores para provocar el cambio en la industria de la fast-fashion?

 

«El consumidor debe exigir una serie de garantías, tiene que saber en todo momento cómo está hecha su ropa y debe apoyar todo tipo de iniciativas que vayan en esta línea.«

Tenemos mucho poder con una tarjeta de crédito en la mano, decidir dónde sí y donde no la utilizamos es el objetivo de toda campaña de marketing y el de las grandes multinacionales. Cuando les exijamos condiciones dignas de fabricación o no tendrán nuestro dinero es cuando realmente operan un cambio. Si no hay garantías no se consume, así de fácil.

FUENTE: El salto diario