LOS RIESGOS
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El polvo químico
Uno de los factores más reveladores de la contaminación química que tenemos en los hogares es lo que se sabe acerca de la composición química del polvo doméstico.
También es uno de los factores más preocupantes, ya que el polvo es algo que inhalamos de continuo en casa, pudiendo hacer que una amplia serie de contaminantes pasen a nuestra sangre a través de la respiración. Cada día respiramos entre 15.000 y 20.000 litros de aire. Y pasamos cerca de un 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados.
En el año 2009, varias instituciones científicas de EE.UU., con apoyo de la Agencia de Protección Ambiental, publicaron un informe muy elocuente. Se tomaron muestras en el aire de diferentes dependencias de numerosas casas, reconociendo más de 400 sustancias compuestos químicos. Había, por ejemplo, residuos de DDT en la mayoría de las casas, y de PCBs en más de la mitad de ellas, pese a ser sustancias prohibidas hace mucho. También altos niveles de pesticidas como el diazinon o el clorpirifos. Y por supuesto, en bastante abundancia, otros contaminantes como los ftalatos o como las fragancias. También quedaron 120 sustancias sin identificar (muchas de ellas con estructuras semejantes a las de las fragancias).
En 2003 la Universidad de Exeter (RU) analizó para Greenpeace el polvo de numerosas casas de países europeos, como España. La muestra podía ser indicativa de lo que puede respirarse en cualquier hogar convencional. Y se detectaron alquilfenoles, ftalatos, el insecticida permetrina, retardantes de llama, compuestos organoestánnicos, parafinas cloradas… Sustancias, en fin, que han sido asociadas por estudios científicos a diferentes problemas de salud , a veces a niveles bajos de concentración, a problemas como cáncer, daños al sistema nervioso, alteraciones hormonales, perturbaciones inmunológicas…
Otros estudios se han centrado en medir solo algunos contaminantes hormonales en las casas, como alquilfenoles o ftalatos, arrojando datos igualmente preocupantes.
Se ha estudiado, por ejemplo, la concentración de contaminantes -ftalatos, bisfenol A, alquilfenoles…- que situaciones como la descrita pueden estar originando en sectores de población muy sensibles como los niños. Y ello está causando gran inquietud.
Las sustancias químicas tóxicas que acaban integrando la composición del polvo doméstico proceden en buena medida de cosas que hay en los hogares, tal y como vemos en diversos apartados de esta web: electrodomésticos y aparatos electrónicos, suelos de PVC, tejidos, muebles, alfombras y moquetas, productos de la limpieza, pinturas, juguetes, productos de aseo, perfumes, ambientadores, pesticidas domésticos…
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