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Carlos de Prada: "Hay pesticidas que deberían haberse prohibido hace décadas"
Madrid, 28 de julio de 2021.
«Algunos pesticidas deberían haberse prohibido hace décadas», asegura el ambientalista Carlos de Prada, quien ha advertido de los riesgos que pueden acarrear para la salud humana su consumo, incluso mínimo, a través de frutas y verduras.
Según el experto, este problema es especialmente preocupante en España, «el país de la Unión Europea donde el uso de pesticidas está más extendido», a pesar de que la Comisión Europea ha solicitado recientemente a través de su estrategia ‘Farm to Fork’ (de la Granja a la Mesa, en español) que tan solo se empleen los pesticidas «como último recurso para combatir las plagas», una medida que De Prada lamenta que «no se cumpla» en España.
Estas sustancias, denuncia el director de la iniciativa «Hogar sin tóxicos«, pensadas para evitar la aparición de plagas en productos como frutas y verduras, actúan como disruptores endocrinos en el organismo humano, alterando su sistema hormonal, y pudiendo ocasionar graves efectos sobre la salud, «sobre todo durante las primeras etapas de la vida».
«Efecto cóctel»
Esos daños se agravan si se tiene en cuenta la acción combinada «de los 15 o 20 pesticidas que se pueden encontrar en una manzana» y que, según él, producen un «efecto cóctel» que no contemplan los informes destinados a fijar los niveles legales a los que la concentración de un único pesticida se considera segura.
De hecho, pone en duda gran parte de estos estudios en los que se apoyan las administraciones reguladoras, a los que tacha de «estar financiados» por la propia industria interesada y basarse en premisas falsas e imposibles de replicar en el laboratorio.
Existe una serie de empresas «con un poder considerable» y a las que «les beneficia» el uso de pesticidas, afirma el experto, quien añade que han conseguido crear una fuerte dependencia en los agricultores gracias a que la erradicación de una plaga mediante productos fitosanitarios habitualmente fomenta la aparición de «segundas plagas», dando lugar a un ciclo del que resulta difícil salir.
Por si no fuera suficiente, también alerta de que el elevado uso de pesticidas que requiere la agricultura intensiva daña los ecosistemas, contaminando las aguas superficiales o las subterráneas a través de filtraciones en la tierra; y genera pérdidas de biodiversidad, principalmente entre las poblaciones de aves y abejas.
Guía para consumidores
Ante la necesidad de informar sobre este problema, la organización internacional PAN Europe, en la que se incluye la iniciativa «Hogar sin tóxicos», ha elaborado una guía para consumidores en las que divide las frutas y verduras en tres listas -rojo, amarillo, y verde- según la cantidad de pesticidas que incluyen y, por tanto, según la frecuencia con la que se deben consumir.
En el caso de España, los alimentos que contienen un mayor porcentaje de productos químicos y que figuran en la lista roja son los cultivos de plantas de hojas tiernas (69 %) o la col rizada (74 %), por lo que desaconsejan su ingesta, mientras que otros como los arándanos (38 %) o el pimiento dulce (35 %) están en la lista amarilla y se deben de evitar «en la medida de lo posible».
Para no dejar de lado todas las frutas y verduras con una cantidad de pesticidas considerable, PAN Europe y Carlos de Prada coinciden en señalar a la agricultura ecológica como la mejor solución.
Agricultura ecológica
Además de producir alimentos de «de más calidad» sin emplear pesticidas y respetar en mayor medida el medioambiente, el experto opina que este modelo sostenible «es más rentable para el agricultor» y «genera más arraigo en las poblaciones rurales» que el predominante en la actualidad, basado en la agricultura intensiva.
Sin embargo, lamenta que otros países europeos muestren una mayor conciencia al respecto que España, donde De Prada cree que el sector ecológico «está creciendo», aunque «no al ritmo que debería», a pesar de ser el país de la UE que más hectáreas destina a este tipo de cultivos, lo que provoca que «la mayor parte de la producción española» se destine a la exportación.
Relaciona esta falta de sensibilidad sobre el tema con la desinformación que rodea a la población, por lo que pide que las administraciones realicen campañas que le ayuden a diferenciar «entre un producto ecológico y uno no ecológico».
«En España la gente gasta mucho dinero en un súper móvil, pero en la comida gasta lo menos posible», añade De Prada sobre la idea extendida de que los productos ecológicos son a menudo más caros.
Fuente: EFEverde