Instituto Nacional de Toxicología

Según el Instituto Nacional de Toxicología se ha registrado un aumento de casos de intoxicación en el hogar a causa de mezclar productos de la limpieza[1] 

Por ejemplo por mezclar lejía con amoniaco y, en menor grado, con productos como, entre otros, salfumán.

La mezcla de lejía (hipoclorito sódico) con amoniaco (hidróxido de amonio) puede originar la liberación de cloraminas, unos gases irritantes muy tóxicos. La mezcla de lejía y salfumán (ácido clorhídrico) puede generar gas cloro[2], que llegó a ser usado como arma química en la Primera Guerra Mundial. Al margen de estos dos ejemplos, no es conveniente mezclar irreflexivamente tampoco otros productos de limpieza ya que la combinación de sus composiciones, que pueden ser muy complejas, pueden originar reacciones no deseables.

La necesidad de crear entornos asépticos a causa de la pandemia originada por el coronavirus no debe hacer olvidar que muchos productos de limpieza fuertes entrañan riesgos y que deben ser usados con precaución. No solo no mezclarlos con otros productos, sino atender una serie de consejos generales como guardarlos en lugares seguros, si es posible con cierres de seguridad a fin de que los niños no puedan abrirlos, leer bien las advertencias y el modo de uso que figuran en las etiquetas, usar guantes  y ventilar adecuadamente.

Ventilar, no solo puede ayudar a reducir la posibilidad de transmisión del virus -como apunta el Ministerio de Sanidad y otras autoridades[3]– sino también reducir la concentración de sustancias perjudiciales en espacios cerrados como sucede con algunos compuestos orgánicos volátiles[4]. Ahora más que nunca se cumple que los europeos pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en espacios cerrados como el hogar y es importante procurar que el aire que respiramos en tales lugares sea  lo más saludable posible.

En estos momentos es necesario compatibilizar la necesidad de esterilizar superficies y elementos cumpliendo los consejos que dan las autoridades para reducir las posibilidades de contagio con la debida conciencia de que los productos que se utilizan a tal fin -como la lejía u otros que se reconocen como un elemento que ataca la envoltura lipídica que protege a los virus- requieren un uso cuidadoso.

Desde Hogar sin Tóxicos hacemos un llamamiento a que se cumplan las recomendaciones de higiene que dan las autoridades sanitarias para combatir el coronavirus[5], pero sin que se olviden una serie de medidas de sentido común que tengan en cuenta el carácter agresivo de algunos productos.

Se está viviendo una situación excepcional en la que no cabe otro tipo de consejos que acaso podrían ser convenientes en una situación normal, pero no en la actual. En un contexto normal, como el anterior a la pandemia, acaso podrían ser pertinentes ciertas recomendaciones sobre productos de limpieza. Pero en el hoy existente, una actitud responsable nos ha de llevar a adoptar otra postura. Lo que es aconsejable en un contexto puede no serlo en otro.