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Cosmética natural (1) Aceites vegetales y esenciales
Sirven padra hidratar la piel y el cabello y eliminar restos de maquillaje, aunque también presentan algunas contraindicaciones
La moda de los productos naturales para la cosmética está en auge, al igual que el terror a los parabenos, siliconas, aceites minerales, perfumes, colorantes, PEGs y ftalatos. Cada vez existe más información al alcance de la mano de los consumidores gracias a internet y las redes sociales, por lo que mucha gente empieza a cuestionarse el origen de los ingredientes de los productos cosméticos y a buscar sustitutos naturales. Existen multitud de páginas y blogs que hablan de este tema, incluso aplicaciones como ‘Ingred’, que analiza las composiciones al realizar una fotografía de la lista de ingredientes.
Hay que resaltar ante todo que los productos que llegan a los comercios pasan un control, pero también es cierto que a veces se desconocen los efectos a largo plazo de algunos de sus ingredientes químicos. De hecho, la Organización Mundial de la Salud alertó hace seis años en un informe realizado conjuntamente con Naciones Unidas de que «muchas sustancias químicas sintéticas cuyos efectos sobre el sistema hormonal todavía están por investigar podrían tener importantes repercusiones en la salud». Por otro lado, no siempre las alternativas aparentemente naturales lo son tanto, y hay que recordar que el hecho de que un ingrediente sea 100% natural no significa que no tenga efectos secundarios. Lo que es indiscutible es que, para todos aquellos que prefieran reducir su contacto con componentes químicos industriales, existen alternativas naturales para prácticamente todas las necesidades de cosmética y belleza.
Diferencia entre aceites vegetales y minerales
Para los que quieran sustituir las cremas con largos listados de ingredientes por algo más natural los aceites vegetales son una buena alternativa. No hay que confundir los aceites vegetales con los aceites minerales, ya que estos últimos son derivados del petróleo. El problema con los aceites minerales es que crean una fina capa en la piel que protege y aparentemente suaviza pero en realidad impide que penetren en profundidad los ingredientes hidratantes. Por eso en ocasiones sentimos la necesidad de aplicarnos una y otra vez ciertas cremas que contienen estos compuestos como puede ser la parafina líquida o el petrolato, por ejemplo.
Los aceites vegetales y esenciales se extraen de plantas y sus frutos, por lo que son 100% naturales cuando se presentan en su estado puro y tienen una gran capacidad hidratante. La principal duda que generan es: ¿Me dejará la piel muy grasa, con granos y brillo? La respuesta es no necesariamente, si elegimos el aceite adecuado.
Aceite de jojoba: Es uno de los más polivalentes. Precisamente es adecuado para las pieles grasas, ya que su textura es parecida al sebo natural de la piel y es capaz de regularla y equilibrarla. Eso sí, si la piel es grasa es mejor aplicar poca cantidad, solo unas cuantas gotas. Y retirar el exceso si es necesario con una toalla o papel. También sirve para pieles secas o mixtas, ya que hidrata en profundidad.
Aceite de argán: Se ha hecho muy famoso por sus beneficios para el cabello pero también es muy bueno para la piel. De color pálido, casi transparente, es de rápida absorción. Contiene ácidos grasos insaturados, tocoferol (vitamina E) y vitamina C . Es muy hidratante y antioxidante .
Aceite de rosa mosqueta: Tiene una gran capacidad regeneradora, por lo que es ideal para evitar arrugas y suavizar cicatrices. Contiene retinol, vitamina C y E. Es más viscoso que el de argán y jojoba por lo que no se absorbe tan rápido. Para pieles grasas es mejor aplicar pequeñas cantidades y preferentemente por la noche si lo vamos a usar en la cara.
Aceite de ricino: Es muy hidratante y posee triglicéridos en su composición. Es ideal para pieles secas. Hay que remarcar que sus semillas son tóxicas pero el aceite resultante no lo es. Algunas personas lo llaman aceite de castor porque en inglés ‘castor’ significa ricino.
Aceite de almendras dulces: Es muy rico en ácidos grasos como los Omega 3 y 6. Es excelente como hidratante corporal después de la ducha (aplicar en piel algo húmeda o seca). También para evitar las estrías del embarazo, sobre todo si añadimos unas gotas de rosa mosqueta.
Aceite de semillas (o pepitas) de uva: Posee muchas vitaminas como la E y protege de los radicales libres. Es muy hidratante y resulta perfecto para apaciguar los daños en la piel por el sol en verano.
Aceite de caléndula: Indicado para pieles sensibles y con problemas, ya que tiene un efecto calmante.
Aceite esencial de lavanda: Es muy polivalente, con acción regenerante y relajante.
Aceite esencial de naranja: Contiene vitamina C y es un aliado contra el envejecimiento.
Aceite esencial de árbol de té. Tiene capacidad de eliminar bacterias, hongos y virus. Se utiliza incluso como repelente de piojos. También ayuda a eliminar los granos. Eso sí, su olor es un poco fuerte.
Aceite de aguacate. Es uno de los aceites con mayor poder hidratante, ideal para pieles extremadamente secas. Es mejor aplicarlo por la noche para que no nos deje brillos de día.
Contraindicaciones de los aceites vegetales y esenciales
Hay que advertir que su origen natural no impide que presenten contraindicaciones. Así por ejemplo, puede ser peligroso utilizar algunos aceites esenciales durante el embarazo. Además, es recomendable diluir los aceites esenciales (concentrados) en los aceites portadores(almendras, argán, jojoba…) para aplicarlos. También hay que tener en cuenta que algunos son fotosensibles, es decir que reaccionan a la luz y pueden causar manchas solares en la piel, como por ejemplo el aceite hipérico, el de rosa mosqueta y los esenciales de cítricos (naranja, limón, mandarina, bergamota, pomelo), por lo que hay que evitarlos si vamos a exponernos directamente al sol. En verano, si queremos aplicarnos aceite en la cara y nos da miedo este efecto fotosensible, podemos optar por aceites como el de jojoba o el de frambuesa, que presentan un pequeño porcentaje de protección solar (sombre todo el de frambuesa, aunque no pueden sustituir a los protectores solares) o también por un macerado de zanahoria (se macera la zanahoria en aceite), que favorece que luzcamos un tono dorado en la piel.
Además, hay que asegurarse de que estos aceites sean 100% puros y no estén mezclados con otros ingredientes (sí que podemos mezclarlos entre sí nosotros mismos o adquirir productos con esta mezcla hecha) y es importante que se hayan obtenido por el método de primera presión en frío en vez de por procesos químicos para que sean completamente naturales, conserven todas sus propiedades y no tengan restos de otros componentes.
Cuando estos aceites llevan el apellido ‘bio’ significa que proceden de la agricultura biológica que evita el uso de pesticidas. Hay que tener en cuenta que algunos productos pueden ser bio pero no mostrarlo en su etiqueta porque no cuentan con la certificación.
Por último, hay que resaltar que, al tratarse de aceites naturales sin conservantes es importante seguir unas normas de conservación para que no pierdan sus propiedades. Es preferible guardarlos en recipientes (mejor de vídrio, y si no, de un plástico de buena calidad) de color ámbar para protegerlos de la luz y evitar en la medida de lo posible que permanezcan en lugares con mucho calor y/o humedad. Además, hay que asegurarse de cerrarlos bien tras cada uso. Pueden llegar a durar años si se conservan correctamente aunque hay que tener en cuenta que algunos aceites son más sensibles a la oxidación que otros.
Contorno de ojos
Los aceites vegetales también se pueden utilizar como contorno de ojos. Algunos de los mejores para esta zona pueden ser el de jojoba, argán, pepitas de uva, ricino y el de semillas de higo chumbo. El de ricino es específico para las ojeras, ya que ayuda a desinflamarlas. Se puede realizar una mezcla de varios de estos ingredientes y aplicar una pequeña cantidad con ligeros toques desde la parte interna de debajo del ojo hasta la externa y dejar que se absorba.
Limpieza de la piel y desmaquillante
A la hora de desmaquillarnos tanto la cara como los ojos podemos utilizar el aceite de jojoba. Elimina suavemente los restos de maquillaje y además deja la piel suave e hidratada. Otra ventaja es que no irrita, ni siquiera la piel más sensible. Se puede verter unas gotas en un algodón o toalla y pasarla por la zona suavemente o aplicar previamente el aceite con un ligero masaje y retirarlo después.
Los jabones naturales son una buena alternativa a los típicos geles(aunque también existen geles con ingredientes naturales) para limpiarnos tanto el cuerpo como las manos y la cara. Estos jabones, sobre todo cuando se han elaborado artesanalmente, suelen llevar en sus ingredientes la sosa cáustica (hidróxido de sodio). Muchas personas se asustan de este ingrediente pero hay que tener en cuenta que deja de ser peligroso tras la reacción química que se produce en la fabricación de estos jabones. Se les suele añadir aceites vegetales para enriquecer su fórmula e hidratar la piel. Eso sí, no crean tanta espuma como los geles de baño debido a sus componentes naturales, pero eso no significa que no limpien. Esos sí, no todos los jabones con el apelativo de ‘natural’ son de elaboración artesanal, por lo que es conveniente comprobar los ingredientes.
Hidratación del cabello
Los aceites vegetales también sirven para hidratar el pelo. Prácticamente todos valen, aunque quizá los más adecuados sean el de argán, almendras, ricino y coco. Este último se ha convertido en un aceite muy popular últimamente, tanto para la piel como incluso ingrediente alimentario. Hay que decir que el aceite de coco hidrata mucho la piel pero puede que no sea el más indicado para la cara, ya que es demasiado graso y puede obstruir los poros y propiciar la aparición de granos (depende del tipo de piel). Sin embargo, como mascarilla de pelo es perfecto. También el aceite de argán, ricino y almendras son adecuados para esta función. Algunas personas se aplican estos aceites en las puntas con el pelo limpio y seco, pero es algo que no funciona a todo el mundo, ya que pueden engrasar en exceso. Pero aplicarlos un tiempo e incluso toda la noche y después lavar el pelo proporciona muy buenos resultados.
Fuente: ElNorteDeCastilla