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Alerta: Los tóxicos están reduciendo nuestra fertilidad
Una embrióloga lo advierte. Hemos pasado en menos de diez años del 10 al 20% de infertilidad
¿Los tóxicos están aumentando los casos de infertilidad? Esta es una de las preguntas que se hacen los expertos en fertilidad desde hace unos años. Y la respuesta es que sí, con rotundidad, tal y como lo afirma la experta embrióloga Antonia González, CEO de Psicofertilidad Natural: ‘Es uno de los factores causantes de que la infertilidad haya crecido en la última década’.
Es evidente que en los últimos años la infertilidad ha aumentado -explica la experta- ‘yo llevo más de 13 años dedicándome como profesional, y cuando empecé a desarrollar mi carrera en la reproducción asistida, el porcentaje de parejas que eran infértiles era del 10%, hoy en día, según las últimas estadísticas las parejas en España que tienen problemas de fertilidad son el 17%, oficialmente, pero hace poco leí al presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia que aseguraba que el porcentaje de infertilidad en España era del 20%’.
¿Por qué hay más infertilidad?
Tiene distintas razones -prosigue- y hoy quiero explicar una de ellas, el mundo tóxico que vivimos, que es uno de los responsables de que en tan pocos años haya aumentado tanto, y lo más preocupante, se prevé que siga creciendo, se lamenta.
¿De qué forma están afectando los tóxicos a la fertilidad? ¿Dónde están los tóxicos? ¿Además de los tóxicos exógenos, hay tóxicos endógenos?
La experta sostiene que ‘por desgracia en casi todas partes, no hemos de olvidar que estoy hablando de la sociedad “moderna”, esta parte del mundo desarrollada, y sobre todo España, porque en muchos otros países de la Unión Europea están tomando medidas para reducir al máximo la toxicidad en el aire, alimentos, bebidas… pero todavía en España vamos un poco lentos’, explica.
Los tóxicos que afectan e influyen negativamente a la fertilidad son muchos, los más habituales, los disruptores endocrinos. ‘Entran en nuestro sistema hormonal ocupando los receptores hormonales, y se hacen pasar por nuestras hormonas naturales, provocando entre otras cosas, un exceso de estrógenos (Hiperestrogenismo).
Tipos de tóxicos
Metales pesados: Mercurio, Cadmio, Plomo y Arsénico. ‘Uno no se puede imaginar que su cuerpo pueda contener plomo o arsénico, pero sí, y, además, mucho, en mi consulta me lo encuentro constantemente cantidad de personas intoxicadas que encuentro en mi consulta. De hecho, el metal pesado que se repite de una forma peligrosa es el mercurio’, explica.
Hay estudios, como este, que demuestran la relación entre la toxicidad y la baja fertilidad. Los metales pesados se pueden encontrar en pescados de gran tamaño (atún, salmón, emperador…) o en moluscos bivalvos. También una fuente importante de mercurio la tenemos dentro, en las amalgamas dentales, de color plateado, y obviamente también en el tabaco’, explica.
Dioxinas y los bifenilos policlorados (PCB): ‘Son unos tóxicos que se acumulan en nuestro organismo, en nuestra grasa y pueden permanecer en él toda nuestra vida, muchos ya tenemos claro que hay una relación directa entre este tipo de tóxicos (y muchos otros) y mujeres con endometriosis. Si padeces esta enfermedad ponte en manos de expertos en medicina integral porque puedes conseguir grandes avances, e incluso remitirla’. Explica la profesional. ‘La endometriosis -continúa- la veo todos los días en mi consulta, y para estas mujeres necesitamos un programa hormonal integral, un programa donde seamos muy estrictos con los tóxicos, con los estrógenos, la alimentación, el estrés, trabajar con la inflamación de los tejidos, y un buen tratamiento ortomolecular que mejore mucho la sintomatología y el avance de la enfermedad, para así poder conseguir ser madre’ -explica. Además -añade- ‘no podemos olvidarnos de los alimentos genéticamente modificados’.
Es importante recordar que la endometriosis es causa de infertilidad, peor calidad ovocitaria, sistema inmunológico excesivamente alerta, menor tasa de implantación, mayor tasa de aborto…además de inflamación generalizada y un dolor insoportable en la ovulación y en la menstruación.
Las dioxinas están en el medio ambiente de todo el mundo y se acumulan principalmente en el tejido graso de los animales. ‘Nosotros nos comemos los animales y ya sabemos lo que ocurre’.
Pesticidas-plaguicidas: otro tóxico más que se encuentra en frutas y verduras. Ya hay estudios al respecto que demuestran que provocan un endometrio más fino, una menor recuperación de óvulos en una fecundación in vitro, menor fecundación de esos óvulos y menor tasa de implantación.
Medicamentos: ‘Normalmente cuando pensamos en tóxicos, siempre nos referimos a lo anteriormente expuesto, pero nos olvidamos, que muchos medicamentos también afectan a la fertilidad, por ejemplo, el ibuprofeno influye negativamente al esperma, los antidepresivos afectan al sistema hormonal, encargado de producir el esperma… hacer un abuso de los fármacos nos pasa finalmente factura’, explica.
Tabaco, alcohol, drogas:
También están los tóxicos que se toman de manera como el tabaco, el alcohol, la marihuana, la cocaína, la heroína… en esta parte no me extenderé mucho, porque de todos es sabido lo perjudicial para la salud, y en el caso de la fertilidad solo os dará algún que otro ejemplo. El tabaco reduce el grosor del endometrio y esto para aquellas mujeres que llevan tiempo buscando un embarazo saben lo básico que es. El endometrio es la capa interna del útero, el lugar donde el embrión va a implantarse, su cunita. Si esa cunita no tiene un grosor mínimo de 7mm, y no tiene una morfología específica (trilaminar) difícilmente ese embrión podrá quedarse.
Pero el tabaco no solo afecta al endometrio, obviamente empeora la circulación sanguínea al útero, y por lo tanto menor nutrición para el embrión, y menor nutrición para los ovarios. También está asociado con peor calidad ovocitaria y con menopausia precoz.
El hombre no se libra: el tabaco genera más fragmentación del ADN espermático, y cuanta más fragmentación menor capacidad de fecundar al óvulo y mayor tasa de embriones de peor calidad y más riesgo de aborto.
Estrés: Este es el peor de todos los tóxicos. ¡Y este tóxico lo producimos nosotros mismos! Este se merece un apartado solo para él. ‘Muchas parejas que pasan por mi consulta, después de haberse sometido a varios tratamientos de reproducción asistida, empiezan nuestro programa integral de Fertilidad, y consiguen embarazo de manera natural, y esto es gracias a que realizamos una eliminación de toxinas, evitamos que entren nuevas, rebajamos el estrés y mejoramos pautas alimenticias y suplementamos las carencias de minerales y vitaminas, y por supuesto trabajamos la parte emocional que subyace de esa infertilidad. Solo con esto, se consigue el embarazo después de muchas FIV…esto nos tendría que hacer pensar’, se pregunta la doctora. ‘Por eso creé el Grupo OnLine de Meditación Mindfulness para la Fertilidad, porque funciona y mejora el sistema hormonal-nervioso-inmunológico.
Más tóxicos que provocan infertilidad: los plásticos (Bisfenol-A), disolventes, surfactantes, colorantes, estabilizantes y biocidas.
Mala calidad del esperma: un problema creciente.
Hace más de 10 años -comenta la embrióloga- ‘formé parte de un estudio a nivel nacional, donde analizábamos el esperma de chicos jóvenes, y donde le realizábamos una encuesta sobre los hábitos tantos suyos como de la madre durante la gestación del paciente, la zona donde vivían, contaminación, alimentación…. Y mientras analizaba las muestras en el laboratorio, de chicos de 18 o 20 años, me quedé aterrada, porque TODOS, absolutamente todos los espermiogramas que realicé, estaban alterados, o tenían pocos espermas (oligozoospermia) o tenían mala movilidad (astenozoospermia) o tenían mala morfología (teratozoospermia). ¡Incluso con más uno tuvimos que sentarnos con él para recomendarle congelar su esperma si quería ser padre en el futuro… fue muy impactante para mí’-se lamenta.
FUENTE: La Razón