Las autoridades europeas violan sus propias normas para poder declarar el glifosato como no cancerígeno
Un nuevo análisis revisado muestra que EFSA y ECHA diluyeron en dos ocasiones las fuertes evidencias que estadisticamente vinculan al glifosato con el cáncer
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) solo pudieron concluir que el ingrediente activo pesticida glifosato no es carcinógeno al aplicar inconsistentemente, e incluso violar directamente las reglamentaciones y directrices aplicables. Este es el resultado de un nuevo análisis revisado publicado en el Journal of Epidemiology and Community Health.
Dicho análisis muestra que si las autoridades europeas hubieran aplicado correctamente sus propios puntos de referencia enfocándolo según el «peso de la evidencia», habrían llegado inevitablemente a la conclusión de que el glifosato es cancerígeno. También se refuta, básandose en argumentos científicos, la afirmación de la ECHA de que haya hecho adecuadamente su abordaje sobre cómo se aplicaban los análisis estadísticos.
Se sabe que desde el 2015 la EFSA descartó 11 aumentos estadísticamente significativos en las incidencias tumorales asociadas al glifosato en siete estudios con animales diferentes, realizados por la industria para respaldar la autorización reglamentaria del plaguicida. Este análisis demuestra por primera vez que las autoridades europeas optaron por debilitar arbitrariamente en 2 ocasiones la solidez de las evidencias estadísticas, incluso antes de considerar la relevancia biológica de los hallazgos tumorales.
Las autoridades están obligadas por ley a seguir el Reglamento (CE) 1272/2008, el llamado Reglamento CLP (Clasificación, Etiquetado y Empaquetado). También deben respetar los documentos de orientación publicados por la ECHA y la OCDE.
Sin embargo, como confirma el análisis, las autoridades no siguieron estas reglas para llegar a sus conclusiones. El autor principal, el Dr. Peter Clausing, toxicólogo que trabaja con Pesticide Action Network Alemania, señala: «Hemos demostrado que el juicio de la EFSA y la ECHA afirmando que el glifosato no es cancerígeno, se ha basado en desviaciones múltiples desvalorando el peso de los principios de evidencia».
«Por ejemplo, ambas autoridades ignoraron el hecho de que algunos de los hallazgos tumorales se reprodujeron en la mayoría de los estudios y que los aumentos en los cánceres de riñón y los linfomas malignos eran dosis-dependientes. Tal reproducibilidad y dependencia de la dosis son confirmaciones fuertes de que el cáncer aumenta no por casualidad y que el glifosato fue el responsable «.
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