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La Comisión Europea lanza dos consultas públicas sobre los disruptores endocrinos en pleno verano
En una nueva muestra de su lamentable proceder en estos asuntos, en los que hasta ahora parecen haber pesado más los intereses de unas cuantas empresas químicas que la salud de los europeos, la Comisión Europea ha aprovechado las vacaciones para lanzar una consulta pública sobre un asunto trascendental. Con un plazo que apenas ha dejado tiempo a una movilización de la sociedad civil (con un plazo que expira el 28 de julio) esta institución europea ha dificultado que puedan enviarse argumentos que intenten contrarrestar el hasta ahora eficacísimo lobby que ha ejercido la industria sobre las instituciones europeas.
Desde España, diferentes organizaciones han enviado ya sus comentarios a la Comisión Europea e invitado a que, tanto como ciudadanos individuales, como en nombre de organizaciones, se envíen comentarios.
Unos antecedentes básicos para comprender el problema:
Básicamente, para que pueda entenderlo cualquiera, lo que está sucediendo es lo que sigue. Está a debate en Europa qué hacer con las sustancias contaminantes que pueden alterar el equilibrio hormonal humano tras décadas de acumulación de millares de investigaciones científicas que muestran que son una severa amenaza. Los más diversos informes -de la OMS, de la Agencia Europea de Medio Ambiente, de la Endocrine Society…- así como numerosas declaraciones científicas suscritas por miles de investigadores han pedido que se actúe para reducir la exposición humana a estos contaminantes.
Lo que la ciencia dice es que con las sustancias que pueden alterar el equilibrio hormonal no puede establecerse un umbral seguro claro de exposición a las mismas y que, por lo tanto, debe aplicarse el principio de precaución. Infinidad de estudios muestran la asociación de estas sustancias con el auge de una serie de problemas sanitarios que están creciendo en incidencia en las últimas décadas.
Sin embargo, la Comisión Europea está desoyendo el clamor de la comunidad científica e incluso la propia legislación comunitaria. Así por ejemplo, aunque la normativa obligaba a que a finales de 2013 se hubieran establecido unos criterios para identificar las sustancias que pueden causar estos efectos la Comisión ha retrasado cerca de tres años la presentación de esos criterios. Y esos criterios son algo clave, ya que para poder prohibir o restringir las sustancias con estos efectos debe antes -obviamente- poder establecerse qué sustancias concretas son.
Pero la Comisión Europea no solo retrasó la presentación de esos criterios sino que los deformó, de modo que en lugar de atender únicamente a criterios científicos objetivos acerca de qué sustancias pueden causar una serie de efectos, atendió, tras las presiones de industrias químicas como los fabricantes de pesticidas, al supuesto perjuicio económico de adoptar medidas sobre una serie de empresas. Todo ello sin considerar, como demuestran informes como los de la Endocrine Society, que el perjuicio económico de no regular una serie de sustancias puede ser mucho mayor, por ejemplo por el coste sanitario generado.
Finalmente, esos criterios, que deberían haber sido presentados hace casi tres años y atendiendo a criterios exclusivamente científicos, fueron presentados en junio pasado, y lejos de basarse en lo que la comunidad científica está reclamando, parecen más bien diseñados para que la mayor parte de las sustancias que pueden tener efectos de disrupción endocrina sigan por mucho tiempo en el mercado.
Lo último es haber lanzado, solo con unos pocos días de margen, y en pleno periodo vacacional, una consulta pública sobre el tema. Aunque no exista mucha esperanza de que la Comisión Europea tenga en cuenta lo que le diga la sociedad civil, a la vista de lo sucedido con el resultado de consultas anteriores, siempre es importante que los ciudadanos y las organizaciones no gubernamentales hagan llegar a la Comisión que deben atender a criterios exigentes y realmente científicos, para proteger a salud de los europeos frente a estos contaminantes.
Como denuncian diferentes organizaciones -como las agrupadas en EDC-Free Europe Coalition- la propuesta de la Comisión no protege la salud de los seres humanos, la vida silvestre y el medio ambiente por lo que condenaron fuertemente la propuesta.
«La actual propuesta falla a la hora de afrontar la acuciante amenaza a la salud pública que representan los disruptores endocrinos así como en cumplir el mandato legal de proteger la salud, la vida silvestre y el medio ambiente de la exposición a estas sustancias químicas» según comentan. Añaden que «la Comisión ignoró la mayoría de las alegaciones a una consulta pública anterior, realizada en 2015, las cuales solicitaban el uso más eficaz de la ciencia para proteger a los humanos y a la vida silvestre, pensando singularmente en los grupos vulnerables como las mujeres embarazadas, los bebés y los niños». Decenas de miles de ciudadanos hicieron oir su voz, aunque fuese en vano por el desprecio de la Comisión acerca de lo que la ciencia está advirtiendo.
Miles de estudios cientificos asocian la exposición a los disruptores endocrinos con problemas sanitarios como los cánceres hormono dependientes, la diabetes, la obesidad o problemas de conducta en los niños. Recientemente a Endocrine Society estimó en unos 158.000 millones de euros el coste anual en salud que tiene la exposición humana a estas sustancias sobre las que la Comisión Europea se resiste a actuar.
La Comisión debe rectificar su propuesta para asegurar un alto nivel de protección para la salud y el medio ambiente frente a estas sustancias.
La campaña EDC-Free campaign ha creado unas vías por las que la sociedad civil puede hacer llegar sus inquietudes a la Comisión Europea y anima a que lo haga la mayor cantidad de entidades posible.
La Fundación Vivo Sano apoya estas campañas y anima a que otras entidades y personas lo hagan. Por ejemplo, a través de instrumentos como el que ha habilitado Ecologistas en Acción. que ha elaborado en su blog un sencillo modelo de texto que puede copiarse o modificarse si se desea (siempre sin superar 4.000 caracteres con espacios), así como un tutorial muy sencillo para el envío de las dos respuestas. (Link para enviar las respuestas: https://libresdecontaminanteshormonales.wordpress.com/2016/07/20/la-comision-lanza-dos-consultas-publicas-sobre-contaminantes-hormonales-en-pleno-verano/ ). Pero los pocos días disponibles, así como el momento del año en el que la Comisión ha lanzado la consulta, sin duda dificultará que la voz de los ciudadanos sea escuchada.