La mayoría de las personas no son conscientes del riesgo que corren al utilizar diariamente y varias veces los lavavajillas más publicitados del mercado, esos que se anuncian a bombo y platillo en la televisión y los diferentes medios de comunicación, que prometen hacer milagros con la grasa acumulada. Llevan tal multitud de químicos que las propias marcas no acceden a hacerlos públicos. El famoso refrán español aquí viene que ni pintado: “Cuando el río suena, es porque piedras trae”; y es que si se oculta una realidad significativa que pone en riesgo la salud humana y la de otros seres vivos, debe ser sacada a la luz e informar a los posibles compradores de los riesgos de usar ese producto.

Greenpeace sacó hace tiempo una guía basada en las respuestas que las diferentes marcas le habían dado o le habían omitido en relación a todas las sustancias que contenían los artículos que comercializaban bajo su nombre. En el caso del detergente lavavajillas fue claro, ninguno superaba el listón, solamente los que en la etiqueta aparecen con el sello certificado de Ecolabel.

Un cóctel de componentes habituales como dietanolamina (DEA), diclorometano (DCM), cloro, fosfatos, sodio lauril, sulfatos, y fragancias sintéticas (entre otros); que actúan como disruptores hormonales, alergénicos, cancerígenos o neurotóxicos. Un “cuadro” que según se mira, lo que menos interesa es la limpieza que garantiza. Por supuesto, ni menciona el medio ambiente, si esta cantidad de nombres es dañino para nosotros, para nuestro entorno lo es más si cabe.

Las manos son las primeras que notan sus efectos, si encima no se usan guantes. Es un fácil acceso para que terminen dentro de nuestro cuerpo a lo largo del tiempo.

Por esa razón, lo mejor que podemos hacer es desechar al momento todos los productos de limpieza que tengamos con productos químicos, y pasarnos a una limpieza natural, ecológica y biodegradable.

DETERGENTE LAVAVAJILLAS NATURAL Y ECOLÓGICO

Una eficaz receta para lavavajillas es la siguiente:

• 3 limones
• 200 gr de sal gruesa
• 250 ml de agua mineral
• 6 0gr de jabón de Marsella en escamas
• 300 ml de vinagre blanco
• 50 gr de bicarbonato de sodio

Procederemos a cortar los limones en cuatro trozos cada uno, introduciéndolos en un recipiente para batir junto con la sal gruesa. Después calentaremos el agua en una cacerola y añadiremos el jabón en escamas hasta que se termine disolviendo. Finalmente, se incorporará el limón con la sal y el vinagre. La mezcla se dejará cociendo 10 minutos a fuego medio. Después se agregará el bicarbonato cuando se haya retirado del fuego. En el último momento se batirá todo con la batidora y se dejará enfriar. Por último, se cuela la mezcla y se coloca en el recipiente o envase que vayamos a usar normalmente con dosificador.

Nota: Siempre que sea posible usar ingredientes procedentes de la agricultura ecológica.

Fuente: concienciaeco