Reino Unido ha aprobado un impuesto a las bebidas azucaradas que pagarán las compañías de refrescos a partir de abril de 2018. Estos impuestos se destinarán a financiar actividades deportivas en los colegios. Esta medida se ha establecido para combatir la obesidad infantil en este país y se espera poder llegar a duplicar el presupuesto que se dedica al deporte en todas las escuelas de primaria.

“Todos sabemos que uno de los factores que más contribuyen a la obesidad infantil son las bebidas azucaradas” dijo George Osborne, canciller del Exchequer. La obesidad cuesta a la economía 35000 millones de euros al año.

Además, Reino Unido tiene uno de los índices de obesidad más altos de Europa. Un 61,9% de los adultos y un 28% de los niños padecen sobrepeso.

Esta medida ha provocado una caída en Bolsa de las acciones de compañías de refrescos. Por su parte, Osborne explica que estas empresas tienen hasta 2 años para modificar la composición de sus productos y evitar estos impuestos.

Esta medida ha sido muy controvertida ya que hasta el primer ministro, David Cameron, descartó esta medida en octubre. El director de la asociación británica del sector de los refrescos, Gavin Partington, mostró su decepción por el castigo “al único sector de la industria alimenticia que ha reducido su contenido en azúcar en los últimos años”.

Fuente: elpais.com