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Marcha atrás de UE en la limitación de productos químicos que amenazan la salud
La Comisión Europea ha decidido renunciar, o al menos aparcar ‘sine die’, la norma que iba a limitar la comercialización de productos químicos que afectan a la salud humana. Según ha desvelado el European Environmental Bureau (EEB), entidad formada por más de 180 organizaciones ambientales del continente, este martes el Colegio de Comisarios Europeos excluyó del programa de trabajo de la Comisión para 2024 la tan anhelada reforma del Reglamento REACH sobre productos químicos, que es el que regula este tipo de compuestos y su uso por los consumidores. Esta decisión de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, supone un “grave incumplimiento” de los compromisos formales contraídos por la Comisión en los últimos años, según EEB.
En opinión de Tatiana Santos, responsable del Política de Productos Químicos de EEB, la decisión representa “una auténtica traición a los ciudadanos”. “La Comisión incumple sus propios compromisos, haciendo la vista gorda ante la contaminación química y condenando a los europeos a seguir expuestos durante años a infinidad de sustancias tóxicas que la ciencia ha asociado claramente a múltiples consecuencias negativas para la salud. Parece claro que para la Comisión son más importantes los beneficios a corto plazo de la industria tóxica que la salud de los europeos. El Pacto Verde Europeo será recordado como el Pacto Tóxico Europeo”.
Retrasos acumulados y ahora cancelación
La propuesta de revisión del Reglamento REACH por parte de la Comisión debía haber sido presentada antes de finales de 2022. Sin embargo, las presiones de la industria química hicieron que se retrasara. Primero se pospuso hasta la primavera de 2023 y luego hasta el cuarto trimestre de 2023. Finalmente, ahora la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acaba de eliminarla de los planes de la actual Comisión. Con las próximas elecciones europeas en 2024, el futuro de la reforma dependerá de la próxima Comisión, lo que, según los colectivos ambientales, genera incertidumbre e imprevisibilidad sobre su futuro.
Carlos de Prada, responsable de la iniciativa Hogar sin tóxicos, entidad española que colabora con EEB en la difusión de esta problemática, ha afirmado que, “lamentablemente, los ciudadanos apenas se enteran muchas veces de lo que se cuece en los pasillos de la burocracia de Bruselas, aunque se trate de cuestiones de enorme trascendencia y que pueden afectarles seriamente, como en este caso. La política de la UE parece quedarles muy lejos, pero los tóxicos a los que nos exponemos no solo los tenemos cerca, sino que están ya en nuestro propio organismo. Y la decisión de la Comisión no ayudará precisamente a descontaminarnos”.
REACH es la principal norma destinada a proteger a los ciudadanos europeos frente a los riesgos de las sustancias químicas a las que se exponen. Según EEB, “su reforma era imprescindible y urgente porque es una norma muy deficiente que no ha servido para frenar debidamente la grave situación de contaminación química que padecemos”.
Químicos peligrosos para los humanos
Muestra de ello son los hallazgos de la comunidad científica como, por ejemplo y entre otros muchos, las recientes aportaciones de la Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana (HBM4EU), que ha encontrado una exposición química “alarmantemente alta” a múltiples sustancias peligrosas en amplios sectores de la población general europea, incluso por encima de las concentraciones que podrían asociarse a enfermedades graves.
Durante la última década la propia Comisión Europea había identificado una serie de graves lagunas jurídicas en REACH, hasta el punto de plantear en 2020 la necesidad de llevar adelante su reforma, dentro de la Estrategia de Sostenibilidad en Materia de Sustancias Químicas. Además, reconocía que los consumidores están ampliamente expuestos a las sustancias químicas utilizadas en una amplia gama de productos cotidianos, desde juguetes y productos de puericultura hasta envases de alimentos, cosméticos, muebles y textiles, entre otros muchos.
La Comisión ya había adquirido una serie de compromisos claros que, según EEB, ahora se podrían incumplir. Entre ellos figuraba la prohibición del uso de las sustancias más nocivas en los productos de consumo. También estaba previsto acelerar los procesos por los que se analizan y regulan las sustancias químicas, ya que estos son actualmente muy lentos.
“Mientras tanto, decenas de miles de sustancias indebidamente evaluadas y sin regular siguen en circulación, pudiendo causar efectos nocivos en muchas personas”, señala esta entidad europea.
Nuevo paso atrás en materia medioambiental
Esta renuncia a abordar la reforma de esta normativa viene precedida por otras decisiones destinadas a suavizar la regulación de aspectos ambientales clave en la Unión Europea, en vísperas de las elecciones al europarlamento, que tendrán lugar el año próximo.
El canciller alemán Olaf Scholz organizó una reunión el mes pasado, ante las presiones de la industria química nacional, para abordar la “carga de la sobrerregulación”, mientras que los liberales alemanes del FDP, miembro del Gobierno de coalición tripartita de ese país, pidieron una “pausa regulatoria” del Acuerdo Verde Europeo a principios de octubre de 2023.