La iniciativa Hogar sin tóxicos valoró este jueves que la Comisión Europea haya decidido ampliar la lista de sustancias químicas prohibidas en las compresas, tampones y copas menstruales, además de en pañales para bebés y otros productos de higiene absorbentes que aspiren a llevar la certificación ‘eco’, de modo que los productos de higiene íntima femenina ‘eco’ de la UE “tendrán aún menos tóxicos que el resto”.

Así lo precisó en un comunicado en el que explicó que las nuevas restricciones incluyen “numerosas” sustancias cancerígenas, mutagénicas, reprotóxicas, disruptoras endocrinas y con otros efectos “nocivos” para la salud y dijo “aplaudir” la medida por tratarse de productos que están en contacto directo con la piel o mucosas, que se usan durante “tiempos prolongados” y desde los cuales las sustancias “pueden ser absorbidas por el organismo”.

A este respecto, el responsable de Hogar sin tóxicos, Carlos de Prada, urgió a “no subestimar” la exposición a sustancias tóxicas “a través de esa vía”. “No solo porque podría causar efectos como irritaciones o alergias, sino también porque esos contaminantes podrían absorberse, llegar al torrente sanguíneo y distribuirse por el organismo, aumentando las probabilidades de diferentes problemas de salud asociados a esas sustancias”, sentenció.

Para el responsable de Hogar sin tóxicos, “siempre es bueno» que se proporcionen a los consumidores «alternativas» que les permitan «elegir» productos que «reduzcan» su «exposición» a sustancias tóxicas y, «por tanto, más saludables”. “Especialmente, si se trata de productos muy utilizados, como es el caso”, espetó.

En la misma línea, la responsable de consumo sostenible en el European Environmental Bureau (EEB), que ha participado en la revisión del etiquetado ecológico de la UE para estos productos de higiene, Miriam Thiemann, valoró que “se han incorporado bastantes mejoras y la lista de sustancias peligrosas excluidas y restringidas ha aumentado considerablemente”.

SUSTANCIAS A EVITAR

De este modo, se especifican algunas sustancias “concretas” que “deberán evitarse”, como 5-cloro-2-metil-4-isotiazolina-3-ona (CMIT), acrilamida en polímeros superabsorbentes, etoxilatos de alquilfenol y otros derivados de alquilfenol, algunos agentes antibacterianos (por ejemplo, nanoplata y triclosán), formaldehido y liberadores de formaldehido, nitroalmizcles y almizcles policíclicos, compuestos organoestánnicos utilizados como catalizadores en la producción de silicona, parabenos o ftalatos.

La nueva normativa establece, además, restricciones sobre el uso de fragancias, lociones, tintas y colorantes si pueden estar en contacto con la piel y, entre otras cuestiones, también hace referencia a las impurezas prohibidas en el producto final por encima de unas concentraciones que se indican, sustancias como formaldehido, dioxinas, furanos, PCBs, hidrocarburos aromáticos policíclicos, fenoles como el bisfenol A o el nonilfenol, ftalatos, pesticidas, compuestos organoestánnicos o metales pesados.

Con todo, Hogar sin tóxicos puntualizó que los requisitos de la ‘ecoetiqueta’ no se han “reforzado” solo en cuanto a las sustancias tóxicas, sino también en relación a otros criterios ambientales para todo el ciclo de vida de estos productos, desde el abastecimiento sostenible de materias primas hasta la reducción de residuos, incluidos los envases o las emisiones contaminantes.