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Bruselas propone prohibir el Bisfenol A en materiales en contacto con alimentos
La Comisión Europea abordará «el uso de otros bisfenoles para evitar la sustitución del BPA por otras sustancias nocivas».
La Comisión Europea ha presentado la propuesta de Reglamento por el que se proyecta prohibir la presencia del bisfenol A (BPA) en ciertos materiales que estén en contacto con alimentos y bebidas, incluidos plásticos y recubrimientos de envases.
La Comisión justifica su propuesta en «el dictamen de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, que indica preocupación por la salud humana». También dice que «se abordará el uso de otros bisfenoles en los materiales en contacto con alimentos para evitar la sustitución del BPA por otras sustancias nocivas» y «establece excepciones y períodos transitorios que pueden aplicarse a las empresas».
Según el responsable de la iniciativa Hogar sin tóxicos, Carlos de Prada, que lleva adelante una campaña sobre la eliminación de esta sustancia desde hace más de 12 años, «la noticia es positiva en general, y es un auténtico hito sobre una sustancia sobre la que tantísima tinta ha corrido, pero es lamentable que haya habido que esperar tanto tiempo para que por fin propongan formalmente su prohibición».
«Había evidencia científica desde hace más de 20 años de que el BPA puede dañar la salud, con frecuencia incluso a dosis mínimas. Pero la resistencia a escuchar a la ciencia ha propiciado que cientos de millones de personas se hayan estado exponiendo cotidianamente a la sustancia durante años y que muchas de ellas puedan haber sufrido consecuencias. Alguien debería exigir responsabilidades a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que durante tanto tiempo estuvo sosteniendo que era seguro que nos expusiéramos a concentraciones de bisfenol A de entre 20.000 y 250.000 veces más altas de las que ahora nos dice que son seguras», indica Carlos de Prada.
Críticas al «defectuoso» Reglamento REACH
Para Hogar sin tóxicos, lo sucedido con el bisfenol A es «emblemático» de lo «defectuoso que es el Reglamento REACH, la principal norma europea que debiera controlar los productos químicos y que es un coladero que permite que nos expongamos a infinidad de sustancias tóxicas». Por ello, denuncia que la Comisión Europea «haya frenado la prometida reforma de REACH para contentar a la industria química» ya que «si tal normativa no se reforma profundamente, y pronto, los europeos seguirán durante muchos años sin la debida protección de la salud frente a muchas sustancias tóxicas».
El bisfenol A es una sustancia catalogada oficialmente como «extremadamente preocupante«. La exposición al BPA, incluso a muy bajas concentraciones, ha sido asociada a efectos negativos en el sistema inmunológico, así como en el neurodesarrollo, bajo peso al nacer, esterilidad, obesidad y enfermedad metabólica, riesgo de cáncer relacionado con hormonas o enfermedades cardiovasculares, entre otros. Sin embargo, las medidas adoptadas hasta ahora han sido muy insuficientes.
La Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) ha denunciado que la regulación actual no ha servido para evitar que «la exposición de la población al bisfenol A siga siendo demasiado alta, superior a los niveles que se consideran seguros».