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12 formas imaginativas para evitar el uso de plástico en tu comida
Llevas tus bolsas de tela a la compra, evitas las pajitas de plástico y rechazas los vasos desechables para el café pero quieres hacer mucho más. Si este es tu caso, aquí te dejamos 12 sencillos consejos para ir un paso más lejos y consumir menos plástico en la alimentación.
Comemos tres veces al día y, si no tenemos cuidado, podemos generar muchos residuos plásticos. Esto no solo perjudica al planeta sino también a nuestra salud, como han demostrado ciertos estudios sobre la ingesta de plástico a través de la comida, el agua embotellada o incluso en el aire que respiramos. Por eso lo mejor es evitar que estos envases entren en contacto con los alimentos y reducir el uso de plásticos lo máximo posible. Y existen ciertas alternativas que son sencillas y no requieren un gran esfuerzo. Te mostramos algunas de ellas.
Millones de utensilios y recipientes de un solo uso acaban contaminando el medio ambiente
Foto: iStock
Tuppers de plástico
Nos hemos acostumbrado a los envases de plástico pero existen muchas alternativas para transportar la comida. Los tuppers de cristal son los más fáciles de encontrar pero también son los más pesados. Si quieres transportar tu comida o snack en un recipiente más ligero, puedes optar por los fabricados en acero o cerámica. Incluso si quieres ahorrar, la opción más barata es echar mano de la imaginación y utilizar algún tarro hermético que ya tengas por casa para meter los alimentos.
Bocadillos
Son complicados de transportar en un tupper y por eso siempre acaban envueltos en papel de plata o film transparente, pero también existen alternativas. Por ejemplo ya venden portabocadillos de tela específicos con los que resulta muy sencillo su transporte. Una opción más económica es envolverlos en una servilleta de tela. Haciéndole un pequeño nudo en cada una de las cuatro esquinas se mantendrá intacto todo el camino.
Cubiertos de plástico
Ya sea para una fiesta en casa o para comer algo por calle, existen cubiertos desechables más ecológicos que los de plástico. Los hay de bambú, cartón, madera e incluso desechables pero fabricados con material biodegradable. Todos ellos son igual de prácticos pero menos contaminantes. Si sabes que te harán falta, puedes llevarlos contigo en un pequeño estuche para usar cuando sea necesario.
Papel film de plástico y papel de aluminio
Casi a diario lo usamos en la cocina para tapar alimentos, platos o fuentes con comida. Ambos productos son muy contaminantes, de un solo uso y con una vida útil muy efímera. Por suerte es fácil encontrar alternativas para sustituirlos. Los envoltorios de cera de abeja son una de las opciones más ecológicas. Les das forma con el calor de tus manos y cuando ya no los necesites los limpias y quedan como nuevos. También puedes optar por tapas de silicona reutilizables que se adaptan fácilmente a cualquier recipiente. Pero incluso existe unas últimas opciones más prácticas y baratas: utiliza paños de cocina, botes herméticos o tuppers de cristal que ya tengas por casa para conservar las frutas y verduras.
Papel vegetal del horno
Aunque no es plástico se trata de un producto desechable muy utilizado en la cocina, así que es bueno encontrar una alternativa reutilizable. Lo más cómodo son las láminas de silicona para bandejas del horno. Son muy resistentes y fáciles de limpiar. Una alternativa ecológica para cocinar de una manera más sostenible.
Moldes para cupcakes desechables
Hacer magdalenes, muffins y cupcakes de manera individual en su molde de plástico o de papel es precioso pero es una práctica muy poco sostenible. Lo mejor para el medio ambiente es optar por los moldes desmontables de acero inoxidable. Se pueden usar infinitas veces y el postre estará igual de bueno.
Guantes de plástico para la fruta
Están en todos los supermercados al lado de las bolsas de plástico para coger la fruta y la verdura. Una medida de higiene que le sale cara al planeta. Se puede evitar su uso pidiendo unas pinzas al personal del establecimiento. O incluso utilizar la misma bolsa para agarrar los alimentos. Mejor, eso sí, si es de tela.
Botellas de agua de plástico
Para evitar el consumo de plástico sin renunciar a beber agua en buen estado, podemos filtrar el agua del grifo. Para ello existen alternativas como las jarras con el filtro incorporado o los filtros de carbón activado, que actúan dejando reposar el líquido durante un par de horas, eliminando impurezas y el mal sabor.
Cápsulas de café
Las innovadoras cápsulas de café de aluminio se han convertido en todo un problema medioambiental. Para evitar su uso lo mejor es comprar una clásica cafetera italiana que no requiera de dichas cápsulas. Pero si no quieres renunciar al café de máquina, puedes comprar una cápsula recargable. Algunas son de plástico pero también las hay de acero inoxidable. Metes el café molido, cierras bien y la usas como las desechables, pero cientos de veces. Si esta opción tampoco te convence, lo que debes hacer es acumular las cápsulas usadas y llevarlas a un punto limpio donde las reciclen.
Tarrinas de helado
Disfrutar de un buen helado no debería dañar el planeta. Para ello es tan sencillo como evitar las tarrinas de plástico y pedir un cucurucho en su lugar. De este modo, no solo evitamos el plástico sino que además disfrutamos del sabor de la galleta. Eso sí, mejor no utilizar la cucharilla y comer el helado como los más pequeños, a lametazos.
Zumos envasados
La alternativa más saludable y ecológica es comprar la fruta y la verdura y hacerte tus propios zumos. Sin embargo no todo el mundo tiene el tiempo y las ganas, de modo que, si quieres reducir la cantidad de plástico, elige aquellos zumos envasados en cristal.
Congelados
La sección de congelados del supermercado está llena de plásticos que se pueden evitar fácilmente. Basta con comprar los alimentos frescos y congelarlos nosotros mismos. Los tuppers o fuentes de cristal son una buena opción para conservarlos en el congelador. Eso sí, es necesario no cerrarlos herméticamente para que salga un poco el aire y listo. Otra opción muy práctica e higiénica son las bolsas de silicona. Son resistentes, aislantes y existen de distintos tamaños para adaptarse a cada necesidad alimentaria. Sin duda, una gran opción para evitar las bolsas de plástico que siempre terminan en la basura.
Fuente: Nathional Geographic