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El aire de Madrid vuelve a registrar niveles tóxicos en 2017
La calidad del aire que respiramos está marcando la agenda política. Lejos quedan las posturas negacionistas de quienes afirmaban que la contaminación era un problema menor y que sus efectos no eran tan graves como se afirmaba. Tampoco quedan dudas sobre el principal causante de la polución: el tráfico rodado, y más concretamente el mal uso del automóvil particular.
Este avance en el debate ciudadano ha supuesto la puesta en marcha de planes destinados a reducir los niveles de contaminación en las áreas metropolitanas. De forma pionera, en 2016 Madrid modificó su protocolo frente a episodios puntuales. En 2017 aprobó el “Plan A”, un conjunto de 30 medidas estructurales para atacar la raíz del problema. Barcelona también ha expulsado a los vehículos más contaminantes del interior de las rondas. A menor escala, ciudades como Valencia, Oviedo o Valladolid también toman medidas en línea con las directrices de la Unión Europea para reducir el tráfico.
Pero localizar el problema y diseñar las soluciones no es suficiente. En 2017 la ciudad de Madrid incumplió los límites legales vigentes desde 2010. La inacción municipal durante el periodo de moratoria hace que pese a las recientes medidas paliativas, nuestro aire siga siendo insalubre e ilegal para todos. Así lo denuncia el informe anual presentado por Ecologistas en Acción, la ONG que trabaja en vigilar y reclamar la calidad del aire en nuestra ciudad desde el año 2000.
• El 62% de estaciones, fuera de la media anual de NOx
El informe de Ecologistas compara los límites legales con los datos registrados por la red de medición. Para el último ejercicio se detecta un aumento respecto a los niveles de 2016, según las siguientes variables.
Para evaluar los episodios puntuales de Óxidos de Nitrógeno, la UE fija un límite de 200 µg/m³ que sólo puede superarse 18 horas por estación y año. En el último año 7 estaciones han rebasado este nivel, 3 más que en 2016. El caso más grave lo vuelve a registrar la estación de Plaza Elíptica con 88 horas por encima del nivel. Dicha estación registró “solo” 46 superaciones en 2016.
Respecto al valor límite anual, fijado en 40 µg/m³ para cada estación, ha sido superado en 15 de las 24 estaciones. Además, 3 estaciones más igualaron dicho nivel. Los valores más elevados se registraron en Escuelas Aguirre (62 µg/m³) y Plaza Elíptica (59 µg/m³); dos estaciones ubicadas junto a vías con elevado tráfico, dejando claro el origen del problema.
El informe también evalúa otros contaminantes. En el caso de las partículas microscópicas PM10 y PM2.5 -las que hacen visible la “boina”- el límite europeo es más laxo. No obstante, se denuncia que los límites marcados por la Organización Mundial de la Salud -más estrictos- son incumplidos en varios puntos de la red. Ecologistas advierte que pese a respetar los límites legales de la UE, es posible una revisión de la normativa para adecuar los mismos al criterio científico de la OMS.
Por último, se analizan los niveles de ozono troposférico. Un contaminante con importantes efectos sobre la salud que se genera por reacciones de NOx con radiación solar. Por este motivo, sus picos se registran en verano y a gran distancia de los focos urbanos. Al igual que sucede con las partículas, los niveles marcados por la OMS son más estrictos que los de la UE. Pese a ello, 6 estaciones incumplieron el valor límite octohorario que marca la ley, fijado en 25 superaciones de 120 µg/m³. Si nos atenemos al criterio de la OMS el dato es demoledor: 13 de las 15 estaciones incumplían los valores de ozono admisibles para la salud humana. Se indica con preocupación que el ozono se ha convertido en un fenómeno preocupante desde 2013. La presencia de veranos más calurosos y prolongados, fenómeno ligado al cambio climático, impulsa la generación de este contaminante.
• Solución: medidas contundentes para reducir el tráfico
Los datos negativos presentados en el informe se achacan a dos causas. Por una parte, unas condiciones climatológicas desfavorables en periodos clave, con un caluroso otoño que disparó la inversión térmica. Por otro lado, la recuperación de niveles de tráfico anteriores a la crisis, ligado a la recuperación económica. Indicadores como el consumo de combustible en la Comunidad de Madrid confirman esta tendencia desde 2015. La renovación del parque móvil no resulta efectiva: hay más coches y éstos recorren distancias cada vez más largas. Las certificaciones sobre emisiones siguen en duda tras los casos de fraude por parte de los fabricantes de automóviles.
Para Ecologistas en Acción, si la principal fuente es el tráfico rodado, la solución pasa por disminuir el uso del automóvil en la ciudad. La organización considera que las medidas puestas en marcha por el Ayuntamiento de Madrid van en la buena dirección. También reconoce la buena predisposición de la ciudadanía a dichas medidas, frente a los miedos infundados desde otras administraciones. No obstante, se exige la puesta en marcha con determinación de las medidas aprobadas, como el “Plan A”. También se critica la exención generalizada de las motos y el excesivo peso de los aparcamientos disuasorios, cuya eficacia está más que cuestionada. Madrid sigue con un expediente abierto de la UE por incumplir la calidad del aire que no admite más prórrogas. Nuestra salud, tampoco.
FUENTE: Eco Movilidad