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El bisfenol A aumenta el riesgo de cáncer en el tejido de próstata humana
La exposición del feto al bisfenol A, un plastificante de uso general que se encuentra en productos como botellas de agua, el revestimiento de las latas para la sopa y recibos de papel, puede aumentar el riesgo de cáncer de próstata más adelante en la vida, según concluye un estudio de la Universidad de Illinois en Chicago (UIC), Estados Unidos, que se publica en la edición digital de la revista «Endocrinology».
El bisfenol A o BPA es ampliamente utilizado para ablandar los plásticos pero eliminar la sustancia química es casi imposible, señala Gail Prins, profesor de Fisiología en la UIC, director del laboratorio de Andrología de la UIC y autor principal del artículo. Estudios anteriores han demostrado que las personas que han evitado todo contacto con plásticos u otros objetos que contienen BPA hasta por un mes o más aún tenían BPA en la orina, recuerda este experto.
La exposición del feto a BPA en el útero es especialmente preocupante, ya que el producto químico, que imita a la hormona estrógeno, ha sido relacionado con varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de próstata, en modelos de roedores. Los nuevos hallazgos muestran que el tejido prostático humano es también susceptible. «Nuestra investigación proporciona la primera evidencia directa de que la exposición al BPA durante el desarrollo, en los niveles que vemos en nuestra vida diaria, aumenta el riesgo de cáncer de próstata en el tejido prostático humano -apunta Prins-Los hallazgos de los efectos adversos de BPA en los tejidos humanos son muy importantes y deben animar a las agencias como la norteamericana del medicamento a volver a evaluar sus políticas».
Prins investigó el efecto de BPA en células humanas mediante la implantación de células madre prostáticas humanas tomadas de hombres adultos jóvenes fallecidos en ratones. Las células madre de la próstata son muy longevas, surgen durante el desarrollo fetal temprano y producen y mantienen los tejidos de la próstata de un hombre durante toda su vida. Para imitar la exposición a BPA durante el desarrollo embrionario, durante dos semanas después de la implantación, se administró BPA a los ratones en cantidades acordes con las observados en las mujeres estadounidenses embarazadas.
«La cantidad de BPA que dimos a los ratones era equivalente a los niveles medios ingeridos por una persona -explica Prins-. No les dimos dosis exorbitantes». Después de dejar madurar el tejido durante un mes, los roedores recibieron estrógeno para imitar el aumento de los niveles de estrógeno natural que se observan en hombres de edad avanzada. Este aumento en el estrógeno más tarde en la vida es uno de los controladores conocidos de cáncer de próstata.
Entre dos y cuatro meses después, se recogió tejido y se analizó para la enfermedad de la próstata. Prins vio que un tercio de las muestras de tejido tomadas de ratones alimentados con BPA tenía lesiones precancerosas o cáncer de próstata en comparación con sólo el 12 por ciento en un grupo de control de ratones alimentados con aceite.
Si las células madre de próstata eran expuestas a BPA antes de la implantación y después, ya que producen tejido de próstata en los ratones, el 45 por ciento de las muestras presentaba lesiones precancerosas o cáncer. «Creemos que el BPA reprograma las células madre para que sean más sensibles a los estrógenos durante toda la vida, lo que lleva a un aumento de la susceptibilidad de por vida a enfermedades como el cáncer», alerta Prins.
Fuente: abc.es