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El Gobierno se enfrenta a Ecoembes y apuesta por el retorno de envases ante las pobres cifras de reciclado
La vuelta del retorno de envases a España está hoy un paso más cerca. El proyecto de Real Decreto de Envases y Residuos de Envases que prepara el Gobierno, una normativa que engloba la reforma del sistema de gestión de este tipo de residuos y que va paralela a la Ley de Residuos que se está ahora mismo tramitando en el Parlamento, acaba de pasar un nuevo trámite. El texto ha pasado a información pública e incorpora, por el momento, una victoria de las posiciones ecologistas: la enmienda que Unidas Podemos y PSOE pactaron en el Congreso por la que se apuesta por un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR).
De salir adelante, la medida supondría la vuelta de un sistema que funcionó en España durante décadas y que una decena de países europeos tienen hoy incorporado a su gestión de residuos: la devolución del ‘casco’ por la que el consumidor deja un pequeño depósito —previsiblemente de diez céntimos— por cada envase reutilizable, un dinero que se le devuelve cuando retorna el envase, evitando así que millones de botellas, latas y briks acaben en el medio ambiente.
Cifras insuficiente
El SDDR es una reivindicación histórica de las organizaciones ecologistas y sociales preocupadas por las bajas tasas de reciclado de envases que se dan en España, un país donde, según los datos que manejan gobiernos autonómicos y ONG ambientales, no superan el 25% en el caso de los envases destinados al contenedor amarillo.
Ecoembes, la empresa gestora de dicho contenedor —que agrupa a la red de envasadoras y distribuidoras del sector y se ha convertido en el principal lobby opositor al SDDR— ha llegado a hablar de tasas superiores al 70%.
Sin embargo, esas cifras han sido puestas en entredicho por multitud de organizaciones y, ahora, un estudio publicado el 22 de septiembre por la empresa pública Tragsatec —encargado por el Gobierno precisamente para evaluar la viabilidad de la implantación de un SDDR en España— señala que los flujos de este tipo de materiales en España no se han podido contrastar ni verificar “por falta de información completa proveniente de fuentes independientes”.
El informe de Tragsatec estima en hasta 6.752 al año las toneladas de residuos susceptibles de ser reutilizadas con un SDDR
Hasta el momento, la única auditoría realizada por un Gobierno respecto al reciclaje de residuos en España la realizó el Govern balear en 2020. Dicho informe corroboraba la cifra que ya habían dado las organizaciones ecologistas: Ecoembes solo recicla el 25% de los envases ligeros depositados en el contenedor amarillo en Baleares.
Cumplir
Con semejantes cifras, España se mantiene lejos de sus obligaciones en materia de recogida separada y reciclaje. El informe de Tragsatec señala que, continuando con el actual modelo, “no se alcanzaría ninguno de los objetivos de recogida separada neta de botellas de bebida de plástico (77% en 2025 y 90% en 2029), al tener unos porcentajes de recogida separada [que no de reciclaje] del 52%”.
Miquel Rosel, director de Retorna, remarca que el texto del proyecto de real decreto “va en la buena dirección”
El texto del proyecto de real decreto remarca que la introducción de un SDDR sería obligatoria en dos años “siempre que España no alcance como mínimo una recogida separada en peso del 70% en 2023 y del 85% en 2027”. Dichas cifras serían “imposibles” de conseguir para Retorna, una de las principales plataformas favorables a la vuelta de los sistemas de depósito, con lo que se da por hecho que, de continuar el texto tal cual se encuentra ahora mismo, España contaría con un SDDR a partir de 2023.
Botellas de vidrio y briks
El texto, sin embargo, no es claro respecto a qué envases concretos acabarían dentro del SDDR y queda en el aire si los briks y las botellas de vidrio estarían dentro de la nueva fórmula.
Miquel Rosel, director de Retorna, remarca que el texto “va en la buena dirección” y refleja “claramente que desde el Gobierno se ve la necesidad de que, después de 20 años de tener un sistema de contenedor de colores, esto no es suficiente, no se ha solucionado el problema y hay que incorporar nuevos sistemas para gestionar nuestros residuos”. Sin embargo, considera crucial que el vidrio —al igual que los briks— se encuentre dentro del futuro SDDR, algo a lo que se opone Ecovidrio, el equivalente a Ecoembes en los que se refiere a la gestión de este residuo.
“El texto es ambicioso, pero tienen que afinarlo para que quede claro que el vidrio y los briks también estén metidos en el sistema”, remarca Rosel. “Si no lo que va a pasar es que lo que encontrarás tirado y en vertederos serán botellas de vidrio, pero estamos viendo que hay voluntad política por parte del Gobierno”.
En la misma línea de un SDDR ambicioso se manifiestan desde Amigos de la Tierra, otra de las organizaciones que más defiende la llegada de un sistema de depósito a España. “Es indispensable que el SDDR se amplíe a otros envases y no solo abarque a los de bebidas”, apunta la ONG en un comunicado.
Asimismo, desde Retorna remarcan que, dada la falta de cifras contrastadas, “es el Gobierno quien tiene que determinar si se cumplen o no los objetivos, porque si lo dejamos en manos de la industria ya sabemos lo que pasa: la cosmética da para mucho”.
Sin SDDR no hay objetivo
El estudio de Tragsatec afirma que con la implantación del SDDR, ya sea con o sin vidrio y briks, se cumpliría el objetivo marcado por la directiva 2019/904, relativa a la reducción del impacto ambiental del plástico, de conseguir una separación neta de botellas de bebidas de plástico del 90% para 2029. “El actual sistema de gestión de envases para bebidas no cumple con el objetivo de recogida separada de botellas de plástico de un solo uso para el 2025 del 77 % establecido por la misma Directiva”, incide el informe.
El informe concluye que “la introducción de un SDDR no solo aumentaría la cantidad recuperada de material, sino también la pureza de lo recogido y por tanto la calidad de lo recuperado”
También implicaría, según los datos de Tragsatec, el ahorro en emisiones de 0,5 millones de toneladas de dióxido de carbono, debido al incremento de reciclaje de aluminio, PET y otros materiales.
Desde Amigos de la Tierra, aunque celebran el paso dado por el Gobierno, matizan que los porcenatjes de reutilización planteados en el real decreto —un 10% en 2025 y un 20% en 2030— son insuficientes. “La reutilización es una de las medidas principales ante la crisis climática y ecológica que vivimos; no podemos permitirnos desaprovechar recursos energéticos en plantas de reciclaje cuando podemos reutilizar los materiales”, denuncian desde la ONG.
Asimismo, resaltan como otro de los puntos clave del decreto la referencia a prohibir los envoltorios plásticos de frutas y verduras, “lo cual es sin duda una gran noticia”, apuntan, aunque advierten que «siempre tendremos que cuidar que estos envoltorios no se sustituyan por bioplásticos o por otros envases de usar y tirar, que perpetúan un sistema de usar y tirar que no nos podemos permitir en un planeta finito”.
Fuente: El Salto Diario