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Un análisis revela que políticos europeos de diez países diferentes tienen PFAS en su sangre
Políticos europeos analizados en diez países tienen en su sangre hasta siete sustancias per y polifluoroalquiladas (PFAS) diferentes, según los resultados de las analíticas hechas públicas este miércoles por la Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB) con la colaboración de otras organizaciones europeas, como Ecologistas en Acción y Hogar sin Tóxicos.
Entre los políticos europeos analizados destacan tres vicepresidentes de la Comisión Europea, el comisario de Medio Ambiente y la directora de la Agencia Europea de Medio Ambiente, junto a varios europarlamentarios.
Las sustancias per y polifluoroalquilo (PFAS) son productos químicos artificiales utilizados como repelentes de aceite y agua y recubrimientos para productos comunes, incluidos utensilios de cocina, alfombras y textiles. Estas sustancias químicas que alteran el sistema endocrino persisten cuando se liberan al medio ambiente y continúan acumulándose con el tiempo.
Los autores del estudio aseguran que cinco de los responsables políticos superaron los niveles de referencia teóricamente considerados seguros, con cantidades en sangre parecidas a las que se registran de media en la población europea.
La iniciativa de invitar a políticos europeos a realizarse estos análisis ha sido promovida desde EEB con el objetivo de concienciar a la población y a los responsables políticos sobre la importancia del problema de contaminación química, así como para darle visibilidad ante las propias instituciones.
Según Kistiñe García, del grupo de sustancias tóxicas de Ecologistas en Acción, «los resultados de estos análisis de sangre llaman la atención sobre un hecho inquietante: los PFAS, conocidos con el sobrenombre de tóxicos eternos o ‘forever chemicals’ por su alta persistencia, contaminan a día de hoy a todas las personas en la Unión Europea».
Algo que, tal y como apunta Carlos de Prada, responsable de la iniciativa Hogar sin Tóxicos, «evidencia el fracaso de la política europea de productos químicos. Una política que no ha servido para evitar que nos contaminemos con sustancias tan peligrosas como estas».
ASOCIADOS A CÁNCER, DAÑOS EN EL HÍGADO O COLESTEROL ELEVADO
La ciencia ha asociado la exposición a estas sustancias, con frecuencia incluso a muy bajas concentraciones, con múltiples problemas de salud como cáncer, daños en el hígado, colesterol elevado o problemas en el neurodesarrollo, así como efectos adversos en la reproducción, el tiroides o el sistema inmunológico, entre otros. Según Carlos de Prada, «estamos ante un serio problema de salud pública, que no está siendo debidamente abordado por las instituciones».
En este sentido, dos políticos españoles aceptaron la invitación de participar en el estudio: el actual vicepresidente del Comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, César Luena, y el eurodiputado Miguel Urbán. «En la sangre de ambos se han detectado seis PFAS diferentes. Además, en ambos casos la sustancia más abundante es el PFOS, el primer PFAS en ser comercializado, prohibido en la actualidad por su toxicidad», ha apuntado García.
En opinión de César Luena, «la UE debería eliminar gradualmente el uso de los PFAS y sensibilizar e informar a los ciudadanos sobre su existencia y riesgo». Algo en lo que está de acuerdo el eurodiputado Miguel Urbán, que pide «una restricción universal ambiciosa de PFAS que sea vinculante. Porque ya sabemos que los sistemas voluntarios no funcionan. Los intereses de las multinacionales no pueden estar por encima de la salud de la población».
Un informe oficial de los países nórdicos estimó que el coste sanitario anual derivado de la exposición a los PFAS en Europa puede representar entre 52 y 84 mil millones de euros. Carlos de Prada considera que «la única manera de afrontar esta crisis es adoptar una restricción de los PFAS como grupo, lo que debería suceder si las presiones de la industria no terminan por frustrar la actual propuesta de restricción de estas sustancias que promovieron varios países de la UE».